RIU echa
mano ahora del ex decano del Colegio de Arquitectos de Canarias, Juan Torres
Alemán, para seguir defendiendo la demolición del Hotel Oasis. Asegura Alemán
en un comunicado de los mallorquines, que el complejo ha perdido valor
cultural y que, por lo tanto, no debe ser catalogado Bien de Interés Cultural.
Nosotros respetamos todas las opiniones e insistimos en que nuestra defensa es
la del Palmeral y la del conjunto del Oasis (no del hotel, sino del espacio
protegido que conforman dicho Palmeral, la Charca y las Dunas). Lo que exigimos
en nombre de los grancanarios es que se respete y proteja nuestro entorno y
nuestro patrimonio natural. En cualquier caso, hoy queremos traerles el texto
íntegro del arquitecto tinerfeño Federico García Barba, publicado en diciembre
de 2012 en la web del Colegio de Arquitectos de Canarias. Creemos que es de
recibo que se conozcan todas las opiniones de los expertos y no sólo las que
RIU busca desesperadamente entre sus defensores.
Habiendo tenido conocimiento de que existe
la intención para proceder a un posible derribo del Hotel Oasis, situado en
Maspalomas del municipio de San Bartolomé de Tirajana, el Colegio de
Arquitectos de Canarias, la corporación que representa al conjunto de
arquitectos canarios, manifiesta lo siguiente:
- El Hotel Oasis de Maspalomas es una de las
obras emblemáticas de la arquitectura contemporánea hecha en las islas Canarias
en la segunda mitad del siglo XX. Construido en 1965 sobre un proyecto de los
arquitectos José Antonio Corrales y Ramón Vázquez Molezún y con la colaboración
del grancanario Manuel de la Peña, supone una de las primeras infraestructuras turísticas
realizadas en el sur de Gran Canaria. Este edificio es en sí mismo un emblema y
expresión de una época fecunda aquella en que se inicia el desarrollo turístico
de esa isla.
Entre sus valores culturales y artísticos hay
que destacar lo siguiente:
- Su configuración arquitectónica se plantea
desde una relación de exquisito respeto paisajístico y desde la búsqueda de una
integración adecuada con un entorno privilegiado. Así, la obra realizada se
sitúa en una posición perimetral respecto al magnífico oasis primigenio, entre
el mismo y la franja costera. Esa adecuada disposición se realiza incidiendo en
la máxima preservación de la gran masa de palmeras canarias del lugar y por
ello, supone un ejemplo de respeto ambiental que otras muchas obras posteriores
no han sabido aplicar. Como complemento se realizan una serie de jardines que
apoyan la integración de la nueva inserción y en los que predomina vegetación
acorde con la natural preexistente en el lugar.
- Esa instalación hotelera refleja una preocupación
por establecer una subdivisión y segmentación funcional clara en consonancia
con las tendencias de la arquitectura del momento. Su disposición geométrica
reticular y de altura contenida permite pautas orgánicas que introducen la
vegetación entre los volúmenes construidos, generando así una simbiosis de una
gran riqueza formal. La aplicación con gran rigor de materiales novedosos
entonces -como las estructuras de hormigón, la prefabricación de paneles,
carpinterías, etc.- ha generado allí unos espacios ricos y hermosos que son el
exponente histórico de una época en la que se introduce la actividad turística
de masas en nuestro archipiélago. En sus interiores se manifiesta la gran
preocupación de sus autores por la correcta articulación de las piezas y el
diseño primoroso de numerosos elementos constructivos.
- Este edificio es además un magnífico trabajo
de uno de los equipos más reconocidos de la arquitectura española, Corrales y
Molezún, que realizarían el pabellón de nuestro país en la Exposición Universal
de Bruselas de 1958, una obra importante para entender la arquitectura española
del siglo XX. Su trayectoria profesional supuso uno de los primeros puntos de
retorno de la cultura española hacia los movimientos culturales europeos que
sobresalían a mediados del siglo XX. Marcarían así la tendencia y el camino
para otros arquitectos españoles que recuperarían una estética basada en la
modernidad.
- El valor de esta obra ha sido destacado en
numerosas publicaciones nacionales y locales como son Arquitectura del
Movimiento Moderno. Registro del Docomomo Ibérico de 1996, La arquitectura del
sol, publicación del Consejo Superior de los Arquitectos de España en 2002,
Arquitectura Moderna de Canarias también de 2002 o el volumen de la Historia Cultural
del Arte en Canarias titulado Canarias: Arquitecturas desde el siglo XXI de
2011.
En consecuencia, exigimos que esta obra
representativa del arte canario del siglo XX sea de alguna manera valorada y
protegida adecuadamente. Solicitamos su declaración urgente como Bien de
Interés Cultural de nuestra Comunidad Autónoma en la categoría de Monumento.
Para ello, deben establecerse con claridad y de acuerdo a los estudios
pertinentes que hacen a este edificio una pieza representativa del arte de
nuestra tierra.
Y, estimamos que también el planeamiento
urbanístico del municipio de San Bartolomé debe modificarse para contribuir a
la protección de esta pieza perteneciente ya a nuestro patrimonio histórico y
cultural. Es necesario eliminar tensiones especulativas sobre la parcela en que
se inserta disminuyendo los aprovechamientos edificatorios asignados y la
compensación correspondiente a sus propietarios si cupiera.
Es lo que proponemos los arquitectos canarios a
nuestras autoridades para que actúen diligentemente en consecuencia.
En Las Palmas de Gran Canaria a 26 de Noviembre
de 2012
¡ÚNETE A LA
LUCHA!
¡SALVEMOS EL
PALMERAL!
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